- Divide este joven tlaxcalteca su actividad como becerrista y mesero
JG / Tauropasión
Fotos: Mady Chantes
Martes 27 de Septiembre de 2016.- Desde pequeño, el joven tlaxcalteca Raymundo Solís, gusto de ir a las plazas de toros, de ahí que se quedó con el sueño de ser torero. Los años pasaron y Raymundo al lado de su padre Román, trabaja en el sector de los servicios turísticos en Tlaxcala, el cómo mesero y su padre como capitán de meseros y gerente actual del restaurante “La Casona Tlaxcalteca”, ubicado en el centro histórico de la Ciudad de Tlaxcala.
Hace poco más de un año, tras ver entrar en el restaurante al matador Uriel Moreno “El Zapata” y conocer que cuenta con un Centro de Formación Taurina, junto con el propietario de este lugar Guillermo Castillo y su padre, abordó al diestro tlaxcalteca, quien le abrió la posibilidad de poder ensayar diariamente, el arte de la tauromaquia.
Tras su incorporación a los ensayos con el matador y el equipo multidisciplinario que tiene, Raymundo Solís recuerda su debut como becerrista en la plaza de toros Gabino Aguilar de Cuapiaxtla, en el oriente del Estado de Tlaxcala, que aunque atropellado por los golpes que recibió de la vaca en turno, pudo sortear este compromiso.
Su participación en tentaderos, el entrenamiento en la plaza, le han servido al joven becerrista para ir forjando su destinado dentro de la Fiesta Brava, el cual ha venido realizando con esfuerzo, dedicación y trabajo diario, combinando entrenamientos con su labor cotidiana como mesero.
Con el apoyo de su padre y apoderado, Raymundo recientemente tuvo una destacada participación en las vacadas que el Instituto Tlaxcalteca de Desarrollo Taurino organizó con respaldo del Centro de Formación taurina al que pertenece y en el cual actuaron becerristas de diversas escuelas taurinas de la entidad.
Como amante de la Fiesta Brava, el joven becerrista, sueña el momento de sacar su capote y estoque para irse a la plaza y poder lidiar lo que se presente, en este proceso de formación para buscar en un corto tiempo, su debut como novillero y posteriormente convertirse en matador de toros.
El camino no le ha sido fácil pero con apoyo de su madre, sus hermanos Javier y Fernanda, este joven torero, sabe del orgullo que representa ser parte de su arte, mientras piensa en el momento en que las becerras comiencen a bramar en el campo bravo y cuando son transportadas para ser lidiadas.
Con su entrenamiento o ensayo diario, Raymundo Solís se prepara arduamente para seguir construyendo su futuro dentro de la fiesta de los toros.