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Piedras Negras: Tradición e Historia

  • Tradición, historia y abolengo, caracterizas de la legendaria casa ganadera de Piedras Negras, ubicada en el taurino estado de Tlaxcala

JG / Tauropasión

Fotos: Sergio Espinoza-TP.com

Hablar de la casa ganadera de Piedras Negras asentada en Tlaxcala, es hacerlo de una dehesa que cuenta con 142 años de fundada, donde la tradición, el abolengo, la historia y la esencia del toro tlaxcalteca están presentes en cada uno de sus espacios.

Por sus muros, ha transitado la historia de México en esta casa ganadera asentada en el municipio de Tetla de la Solidaridad, lugar donde su actual propietario, Marco Antonio González Villa, nos abre las puertas para adentrarnos en Piedras Negras, que bajo la divisa con los colores rojo y negro, es símbolo, como lo ha dicho el ganadero, donde la bravura va por delante.

En sus orígenes la hacienda de San Mateo Huiscolotepec, servía de paso a los viajeros que cruzaban del puerto de Veracruz a la ciudad de México y viceversa y fue 1835 cuando fue adquirida a los padres Betlemitas por don Miguel de Miranda y éste se la arrendó a don Mariano González Fernández, hasta que la compró en 1856. Desde entonces es propiedad de la familia González.

Un hijo de don Mariano, don José María González Muñoz fundó ahí, en 1874, la ganadería de Piedras Negras, con vacas criollas que pastaban en el rancho de Zacatepec, una fracción de la hacienda, y sementales de bravo que adquirieron de San Cristóbal la Trampa.

El ganadero y su primo José María González Pavón, quien fundó Tepeyahualco, con la ayuda de sus hermanos, don Manuel y don Carlos González Muñoz, después formaría, con su parte de Piedras Negras, en 1907, Coaxamaluca, en una fracción de la hacienda.

Con ellos empezó a tentar a campo abierto los primeros productos, pero logró resultados poco alentadores. Esta casa ganadera se presentó en la Ciudad de México, en la plaza San Rafael, el 30 de octubre de 1887 con dos toros de Arribas Hermanos y tres de Piedras Negras para Diego Prieto Cuatro Dedos y Carlos Borrego Zocato.

Ese año, -1887- en la temporada de la plaza Colón de la misma ciudad, se realizó una corrida benéfica y quedó un sobrero de Pablo Benjumea, que fue el primer semental español en padrear en Piedras Negras y ligó muy bien.

Después agregaron uno de Miura en 1895 y 9 de Murube, 3 en 1896 y 6 en 1905. Don José María dejó a sus sobrinos, don Lubín y don Romárico González, al frente de Piedras Negras. En 1905 pasó a manos de don Lubín, quien agregó 10 vacas y 2 sementales del Marqués del Saltillo en 1908 y administró la ganadería hasta su muerte, el 2 de agosto de 1928.

Entonces, por convenio especial con los otros herederos, fue su sobrino, don Wiliulfo González, el que se encargó de ella. Por su parte, don Romárico había formado La Laguna en 1908, con vacas de Tepeyahualco y un semental de Ibarra. Piedras Negras fue la primera ganadería mexicana que se presentó en España. Lo hizo en San Sebastián en 1929.

Don Wiliulfo falleció el 21 de agosto de 1941 y su hijo mayor, don Romárico González González vio por ella hasta 1952, cuando don Raúl González se puso al frente.

Al morir don Raúl, heredó la ganadería a su hijo don Marco Antonio quien con profundo respeto y amor por sus antepasados sostiene muy en alto los colores de esta divisa, madre de la ganadería brava mexicana.

José Rodríguez, ganadería con abolengo

 

  • Esta ganadería asentada en Atlangatepec, Tlaxcala, es ahora dirigida por mujeres

JG / Tauropasión

Foto: Sergio Espinoza – TP.Com

La belleza del campo bravo tlaxcalteca que se enmarca con la laguna de Atlangatepec, es el lugar donde la se asienta la casa ganadera de José Rodríguez, cuya propietaria, Doña Evelia Luna viuda de Rodríguez, forja el trabajo diario acompañada de sus hijas Reina, Evelia y sus nietos.

El Rancho San José de los Rodríguez, ubicado en el Atlangatepec, Tlaxcala, colinda con la laguna de este lugar y, cuando sube el nivel de la presa, tiene una bella panorámica. Frente a él hay un pequeño cerro que se convierte en un islote y las reses, para alimentarse, cruzan a nado en un verdadero espectáculo poco común en el campo bravo mexicano.

Bajo la divisa Verde bandera, oro y rojo, la ganadería de José Rodríguez, se fundó en 1981 por Don José Rodríguez Arroyo con 65 vacas de Zacatepec, Olivares y La Laguna, así como 3 sementales procedentes de Las Huertas, Piedras Negras y De Haro.

Posteriormente agregó 10 vacas de La Laguna y 2 sementales, uno de Las Huertas y otro de Piedras Negras.

Lidió por primera vez el 9 de septiembre de 1990, en Tenapulco, Puebla: dos novillos de Zotoluca y dos de José Rodríguez, uno de los cuales fue desorejado por Hugo Rodríguez, hijo del ganadero, en una tarde que alternó con Ismael Pineda, Víctor Hugo Camacho y Alejandro Ferrer.

Al fallecer don José Rodríguez, legó la ganadería a su esposa, Doña Evelia, quien quien se ha hecho cargo de ella, apoyada por todas sus hijas y ahora sus nietas, que heredaron del padre la afición, el cariño por el toro bravo y la tradición.

Doña Evelia acompañado de su hija Reina y su nieta Daniela, nos comenta en la tranquilidad de un espacio lleno de recuerdo y añoranzas, que tras fallecer su esposo y luego sus hijos varones, las puras mujeres que son extraordinarias jinetes, son las que ahora manejan el ganado con gran habilidad y que le apoyan en las labores camperas, apoyadas por su caporal José Méndez Rodríguez.

Las tientas se hacen a campo abierto, teniendo como fondo la laguna, que hacen de esta actividad algo espectacular y pocas veces visto en el campo bravo del país.

Atlanga, casa ganadera tlaxcalteca con gran tradición taurina

  • Bajo la conducción de Don Emilio Rodríguez Arroyo, esta dehesa trasciende en el ámbito ganadero y turístico

JG / Tauropasión

Fotos: Sergio Espinoza

La Hacienda de San José de Atlanga, ubicada en el municipio de Atlangatepec, en el taurino estado de Tlaxcala, fue el lugar en donde los señores Rodríguez fundaron, por el año de 1880, una ganadería de reses criollas, que cruzaron con un semental procedente de Don Eduardo Miura.  Con éste, de pelo castaño, igual al de los toros atlangueños, quisieron conservar la pinta predominante en la ganadería, además de la corpulencia y bravura.

Don Emilio Rodríguez Arroyo, actual propietario, nos cuenta entre pasillos de esta casa ganadera, que durante la Revolución fue asaltada varias veces la hacienda, y la vacada sufrió tanto que estuvo a punto de desaparecer, pero que gracias al trabajo de su abuelo y se su padre Don Emilio Rodríguez Medina, la ganadería y hacienda sobrevivieronfullsizerender-9

Y es que Don David Rodríguez “El Cuixtle” abuelo del actual propietario Emilio Rodríguez Arroyo, adquirió unas veinte vacas criollas para cruzarlas con un toro de Zotoluca. Este refuerzo y otras cruzas con sementales de Zacatepec y San Mateo, sirvió para refrescar la sangre, pero no enteramente la casta, que diera nombre a la ganadería.

Los colores de la divisa de esta excelente vacada son Azul Marino y Rojo, su antigüedad data del año de 1880 y es la ganadería de Atlanga, una de las más antiguas de México.

Don Emilio, señala que la primera vez que se lidiaron reses de Atlanga en la “Plaza Grande”, la primitiva Plaza México, fue el 28 de enero de 1906, en una corrida de lujo porque se trató de un mano a mano de dos matadores de renombre: Antonio Fuentes y Antonio Montes.

Después de la lucha revolucionaria., que diezmó considerablemente los potreros de Atlanga, a la vacada se incorporaron reses criollas de la ganadería de Atlamaxac, así como varios sementales de casta que procedían de ganaderías que estaban acreditadas, como eran las de Zotoluca, San Mateo, Piedras Negras y Zacatepec.

Uno de los toros padres que marcaron el rumbo de Atlanga fue el famoso “Chasquito”, un semental que Don Antonio Llaguno González, ganadero de San Mateo, le había vendido a finales de los años 30 a Don David Rodríguez y que en su momento no fue bien vista por los colegas ganaderos tlaxcaltecas, dada las características del astado que no tenia gran presencia. Sin embargo fue tal la sorpresa que “Chasquito” fue un semental de altura al grado que su ex propietario Don Antonio Llaguno, lo tuvo que pedir prestado para repoblar su dehesa, por la bravura del ejemplar.

La Hacienda de Atlanga, ubicada en el estado de Tlaxcala, es una edificación que data del siglo XVIII, creación de la familia Rodríguez, quienes cruzaron su ganado Criollo con sementales de las Ganaderías de Zacatecas y de Antonio Llaguno González.fullsizerender-1

Por sus pasillos y habitaciones, la historia, la tradición y el gusto por la fiesta brava están a flor de piel, con el recuerdo de  grandes personajes de la tauromaquia, de la política y del espectáculo que han lidiado reses de Atlanga y que han pisado esta casa ganadera.

Entre estos recuerdos llama la atención de un cartel que data del 20 de agosto de 1950 que se presentó en la Plaza “Rodolfo Gaona” de Gutiérrez Zamora, Veracruz, donde un gran amigo de Don David Rodríguez, el primer actor y cómico, Mario Moreno “Cantinflas” lidio dos astados de Atlanga, alternado con los novillero Manolo López y Pablo Covarrubias.

En la vida de Atlanga sucedió un hecho que se tradujo en un peculiar recuerdo para la familia Rodríguez y en ganadero Emilio Rodríguez, nos narra el descubrimiento de “Sancho”, un becerrito al que los vaqueros encontraron una mañana en medio de los pastos de un potrero. La madre había muerto y aunque el ganadero, Don David Rodríguez dio la orden de que lo mataran porque no había muchas posibilidades de que sobreviviera, una de las hijas, Josefina se encariñó de tal forma que lo crió con biberón y lo sacó adelante.

Al cabo de unos meses se convirtió en  “eral”, siempre bajo los cuidados de su dueño, que lo vio desarrollar hasta llegar a “novillo”. La presencia de “Sancho” en la casa era inevitable, y lo mismo subía las escaleras, que entraba en la sala y daba unos sustos a los visitantes o invitados.

El Ganadero nos cuenta que cuando “Sancho” ya era todo un toro, su padre lo envió a una corrida en Orizaba, donde la propia Josefina, con el dolor que ello implicaba, lo embarcó en la finca y también acudió a la plaza.  La expectación del público por ver el juego de “Sancho” era desbordante y hasta periodistas de la talla de Pepe Alameda y Paco Malgesto acudieron a cubrir el festejo, le tocó en suerte a Arturo Álvarez “El Vizcaíno”.

“Sancho” se desempeñó con nobleza durante la lidia y a petición popular, “Josefina” lo llamó desde el burladero para acariciarlo, situación que sensibilizó al juez de plaza para indultarlo. De regreso al rancho, el toro consentido se volvió “mañoso” y se salía de los corrales de la casa para irse con las vacas. Esto disgustó mucho al ganadero que prefirió sacrificarlo.img_0593

En la actualidad Atlanga cuenta con 178 vacas de vientre que están distribuidas en siete empadres. De los sementales que están con las vacas destaca la presencia de un semental de Reyes Huerta, así como uno de Fernando de la Mora.

San José Atlanga esta convertida, no solo en una hacienda ganadera sino turística, con 15 habitaciones, salón de recepciones, capilla, un tentadero, que ofrece al visitante la posibilidad no solo de recorrer los potreros y ver la bravura de su ganado, sino de meterse en un mar de historias, recuerdos y un lugar enigmático de gran tradición taurina y pasar un fin de semana de descanso y placer en una pequeña población de la provincia mexicana.

De esta forma, Don Emilio Rodríguez Arroyo, junto con su esposa, Julio Teresita Zamora y sus hijos, Emilio, José David y Josefina Rodríguez Zamora, trabajan incansablemente por mantener viva esta casa ganadera, orgullo de Tlaxcala.